Lew Wallace: el hombre ateo que aceptó a Jesucristo como su salvador

Militar y escritor estadounidense. En 1880 escribió Ben Hur, novela de fondo histórico y la más notable y popular de las obras de Wallace, a la que el cine ha dado una popularidad mundial. Ben Hur, subtitulada Una historia de Cristo, es la descripción romántica del imperio romano tardío y del surgimiento del cristianismo; fue traducida a numerosos idiomas y se convirtió en un clásico de librerías. Siguieron otras novelas, sin embargo, pocos conocen la sorprendente historia que provocó la escritura de Ben Hur. 

El autor, general Lew Wallace, vivió en la época en que el inteligente ateo R. G.Ingersoll negaba públicamente la existencia de Dios. Un día se encontraron ambos en un tren, y el ateo, después de burlarse del cristianismo, se volvió de repente a Lew Wallace para decirle: 

-Wallace, tú eres un hombre letrado y pensador. ¿Por qué no juntas el material suficiente para escribir un libro y lo entregas al mundo dando pruebas de la falsedad de Jesucristo? Prueba que ese hombre nunca existió, y que no es el autor de las doctrinas del nuevo Testamento.

Wallace atendió la sugerencia y empezó a buscar material para el libro con que debería probar la falsedad de la misma base del cristianismo. Tuvo que desplazarse a varias ciudades para consultar antiguos manuscritos y fuentes originales del período histórico en que Cristo vivió.

Como resultado de esta búsqueda, el general Lew Wallace sacó tres conclusiones:

1.      Jesucristo era una figura histórica real.

2.      Jesucristo era el Hijo de Dios y el Salvador del mundo.

3.      Jesucristo era la respuesta a las necesidades de su propia vida. 

A causa de este descubrimiento, el versado general, a los cincuenta años de edad, cayó sobre sus rodillas implorando el perdón divino y pidiendo ser transformado en un verdadero discípulo de Aquel que hasta entonces no había sido para él sino un personaje de leyenda:

JESUCRISTO 

Dios oyó su oración y lo convirtió en un verdadero cristiano. Cuando se incorporó de sus rodillas, era para llevar una nueva vida, una vida entregada a Dios. Y en lugar de escribir un libro en contra de Cristo, escribió Ben-Hur para probar que Jesús de Nazaret es indiscutiblemente el Salvador del mundo, que cargó sobre sí los pecados de todos cuantos le reciben, para darles salvación eterna. 

La historia del general Lew Wallace, autor de Ben-Hur, que acabamos de presentar, nos muestra una vez más lo sencillo que es equivocarse en materia de religión. ¡Cuán fácilmente edificamos nuestras creencias sobre opiniones y comentarios en vez de examinar de cerca los hechos!

Los que estamos escribiendo este artículo, como el general Wallace, hemos encontrado que Jesucristo es una persona real y que la Biblia es en todas sus partes cierta. El poder que mana del Calvario ha transformado nuestras vidas. Es éste el testimonio inequívoco de cuantos a través de la historia han depositado toda su confianza en Cristo.